A propósito de lo conversado la semana pasada acerca de que en nuestras basuras, la mayor parte (60%) es material orgánico, el cual podría ser utilizado como una gran fuente de abono orgánico natural a nivel industrial, sin químicos; encontré este interesante articulo que reafirma mi tesis.
Fuente: REVISTA SEMANA SOSTENIBLE NEGOCIOS VERDES | 2017/09/26
Este tipo de residuos
representan la primera fuente de energía renovable en Francia. Colombia tiene
un gran potencial que, sumado a otras fuentes como la solar, podría ayudar a
llevar electricidad a zonas apartadas del país.
La energía que se origina de la biomasa es muy
importante en una economía baja en carbono ya que se trata de materias
orgánicas de origen vegetal o animal.
La biomasa ofrece varias ventajas: el residuo se
vuelve una fuente de calor o electricidad que representa ahorros en el costo de
la energía. Ambientalmente, reduce las emisiones de gases de efecto invernadero
y ayuda a los países a mantener los compromisos internacionales en materia de
cambio climático. Socialmente, promueve la independencia y la flexibilidad
energética y es fuente de empleo. Además, para las zonas no interconectadas y
las áreas marginadas puede significar el acceso a la electricidad y el
desarrollo rural para poblaciones vulnerables.
En el caso de Francia, el grueso de su energía es
nuclear y las energías renovables ocupan el segundo lugar, con el 18,2 por
ciento. La biomasa representa la primera fuente de energía renovable, con el
uso de la madera para calefacción doméstica. La explotación forestal se maneja
de manera sostenible y es casi neutra en el balance de carbono. Solo en este
sector silvícola existen 440.000 empleos directos.
El éxito de la biomasa en Francia se debe en parte
a un marco regulatorio sólido (la Ley Grenelle de 2009) que fija como meta
aumentar el consumo de las energías renovables del 10 por ciento al 23 por
ciento para el año 2020. Para llegar a esta meta se tendría que duplicar el
aporte de la biomasa a la matriz energética nacional. La ley ayuda a la
transición con financiamiento a las plantas de biomasa colectivas y cobra
tarifas preferenciales. Adicionalmente, el usuario paga tarifas inferiores a
las de la electricidad convencional.
Otra razón del éxito es la inversión en tecnología.
La ‘red eléctrica inteligente’ es un sistema integrado que maneja con precisión
las fluctuaciones del consumo según las estaciones del año y la intermitencia
en el suministro de energías renovables. El marco regulatorio, más las
actualizaciones en el sistema de redes, ha servido para estimular al sector
privado a invertir en tecnología y hoy Francia tiene unas de las compañías más
innovadoras en exportación de alta tecnología en el mundo. Según el director
ejecutivo de CNIM, compañía líder en el país en producción de bioenergía, el
liderazgo en el sector se lo deben a la inversión en investigación y
desarrollo.
En Colombia puede haber mayores oportunidades para
este sector, pero prevalecen condiciones preocupantes de inseguridad jurídica.
La Ley 1715 de 2014 se desarrolló para aumentar el uso de los renovables y
tiene como objetivo reducir la dependencia en las centrales hidroeléctricas
(para evitar el desabastecimiento durante las sequías graves como El Niño), y
disminuir el consumo de energía de plantas térmicas tradicionales (y como consecuencia
frenar las emisiones de CO2). Pero la ley también tiene requisitos que para
muchos inversionistas ralentizan la inversión privada en la bioenergía; la
falta de claridad jurídica reduce la confianza inversionista en el sector.
Además, la normativa no permite vender a la red electricidad que no tenga
“confiabilidad” (suministro continuo), lo cual excluye a los pequeños
productores de biomasa por la intermitencia de esta energía. Esas comunidades
quedarían por fuera de los beneficios tributarios y financieros.
No obstante, Colombia tiene enormes oportunidades y
potencial. La biomasa proveniente de residuos forestales y agrícolas (caña,
banano, arroz, café y otros) y desechos urbanos y de animales, representa
alrededor del 17 por ciento de la matriz energética nacional. Al ser uno de los
países que más producen caña de azúcar y yuca se reducen los costos de
producción. Además, la alta competitividad es óptima para la exportación de la
biomasa sólida y los biocombustibles.
A pequeña escala, el uso de microplantas podría
abastecer a zonas marginadas del país sin acceso a la electricidad.
Precisamente es en estas zonas donde se registra el mayor crecimiento de las
energías renovables en el país, de 8 por ciento en el año 2012 se pasó a 20 por
ciento en 2015, y se espera llegar a 30 por ciento en 2020.
Resulta imprescindible reforzar la inversión en
investigación y desarrollo en el país, una de las razones por la cual Francia
está posicionada entre los líderes de tecnología para la bioenergía. Según el
Banco Mundial, en 2013 en Colombia se invirtió el 0,26 por ciento del PIB en
investigación y desarrollo, mientras que en Francia fue el 2,24 por ciento. A
pesar de la importancia que el país europeo le ha dado a la bioenergía y de que
es uno de los líderes en tecnología, no está entre los diez países que más
invierte. El primero es Corea del Sur con 4,17 por ciento, casi el doble de lo
que invierten los franceses. Con el gran potencial de Colombia, si decide
apostarle a este camino los resultados podrían ser sorprendentes.
Francia es muestra de que la biomasa puede
representar un modelo de desarrollo sostenible. El sector agrícola colombiano
podría dinamizarse y trabajar en el principio “residuo a recurso”, a la vez que
reduce el consumo de combustibles fósiles y las emisiones de gases de efecto
invernadero. Igualmente, significaría mayor acceso a la energía para todos los
rincones del país. Sin embargo, se necesita alinear la inversión pública y
privada, y la seguridad jurídica y regulatoria que las sustentan. Sin eso, las
energías renovables se seguirán viendo como un espejismo en el sueño de llevar
al país por un camino de desarrollo sostenible, próspero y duradero.
tomado de http://sostenibilidad.semana.com/negocios-verdes/articulo/la-biomasa-genera-energia-para-llevar-electricidad-a-zonas-apartadas/38697